Opinión - 24/07/2015
"Pactos, mentiras y cintas de audio". Pablo Romero Gabella
Autor:
Pablo Romero Gabella

La sopa de letras PP,  AP, IU-AA, PA, C`s ha sido incapaz de derribar al Limonato. Y es que la única sigla que decidirá su suerte no será otra que ACM. Según cómo se desarrolle la investigación judicial del caso así se verá si el Limonato seguirá subsistiendo o no. Lo que ha ocurrido tras las elecciones municipales del 24-M no ha sido otra cosa que un entremés teatral  donde al final el PSOE ha sido el usufructuario del despropósito. Pero no nos engañemos, el que se ha llamado “pacto de la regeneración” era una tarea casi imposible y más aún con los actores que han tomado parte en él.

En estos días hemos asistido a uno de esos tiempos de incertidumbre entre algo que parece fenecer y algo que parece nacer. Algo similar a lo que escribió Chateaubriand en sus famosas “Memorias de Ultratumba”: “me he sumergido en aguas turbulentas, alejándome con pena de la antigua orilla en la que nací, nadando con esperanza hacia una orilla desconocida”. Si esto lo llevamos a la Alcalá actual, podríamos decir que nuestros munícipes se han movido en aguas residuales y han acabado en algo parecido a las nominaciones de Gran Hermano, a la vista del voto emitido para la elección de alcalde. Tiempos confusos los que no ha tocado vivir en lo político. En un juego de pactos, mentiras y cintas de audio, donde se han unido los vicios de la vieja política del PP-PSOE con la nueva de los bisoños. Por un lado, hemos visto, al parecer, como desde Sevilla el PP ha hecho su cambalache con el PSOE con las alcaldías de Carmona y Alcalá. Algo que nos recuerda a los tiempos del “encasillamiento” de la Restauración y del caciquismo. Por otro lado, asistimos al “adanismo” de “Alcalá Puede” y su amateurismo  ciudadano, que en si en principio nos  pudiera haber parecido como algo positivo al final no lo ha sido tanto. Y qué decir del papel…, no mejor dicho,  del papelón de Ciudadanos que se presentaba como la representación genuina de la “regeneración” y ha acabado votando a favor del mantenimiento del Limonato. A esto habría que unir la ruptura de la opción política que nació del 15M alcalareño entre “Alternativa Alcalareña” (que unió su suerte a la de una periclitada Izquierda Unida) y “Alcalá Puede-Podemos”. Una ruptura que se ha materializado en una guerra de manifiestos  y de “redes sociales” entre ambos que nos demuestra el cainismo secular de la izquierda.

De todas estas aguas revueltas el Limonato ha salido a flote.  Una situación que bien podría casar con la de la Atenas de hace dos mil quinientos años  y que Tucídides describió así: “Se modificó, incluso, en  la relación con los hechos, el significado de las palabras, con tal de dar una justificación: la audacia irreflexiva pasaba por ser valiente lealtad al partido; una prudente cautela, cobardía enmascarada; la moderación disfraz de la cobardía; la inteligencia para comprender cualquier problema, una completa inercia. La precipitación impulsiva se contaba como cualidad viril; la circunspección al deliberar, como un pretexto para sustraerse a la acción. Los descontentos siempre eran considerados dignos de crédito, y quienes se les oponían aparecían como sospechosos. Quien tenía éxito en tramar alguna intriga era un inteligente; y aún más agudo quien la sospechaba.”

 

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