A la Feria, sin dudarlo

Que está dispuesto el albero

Como el oropel brillando

Promesa del mismo cielo

Asiento de nuestro pasado

alarde del sol en el suelo

prodigio de la luz multiplicado

 

A la Feria, sin dudarlo

cada uno ponga su horario

De día, con el sol alto

que siempre es la luz remedio

y esta de heridas es bálsamo.

 

Porque lleva el tiempo dentro

lo estira para gozarlo

lo rellena de momentos

que son de felicidad chispazos

luz que juega en los encajes

de los volantes bordados

y sigue el curso de las vueltas

con que la peineta se ha adornado.

 

A la Feria, sin dudarlo

que con las horas cambia el espacio

De noche, cielo estrellado

Esperando el momento mágico

En que el compás de unas manos

Ordene todo el espacio

Mientras va un cuerpo trazando

La vieja danza andaluza, hecha

como la vida, de amor y de desengaño.

 

A la Feria, sin dudarlo

vestidos para la ocasión

De flamenca y con flores en lo alto

Que los lunares dibujen

El junco de tus encantos

y aleteen los volantes

como las alas de un pájaro

lanzando colores al aire

marcando el compás de tus pasos.

 

A la Feria, a conviarnos

Con la bendición del vino

Sabio elixir dorado

Brillo ambarino en la copa

de brisa del coto aromado

Un regusto a sal marinera 

Pone generoso en los labios

El vino que nos hace hablar

y aquí nos ha conjurado

para que alrededor suyo

sea más íntimo el trato.

 

A la Feria, con los niños

vas negarle al ser grandes

este recuerdo de su pasado

de esplendor en el albero

de pantalones manchados

de risa loca en las vueltas

a lomos de los cacharros

de un asombro en cada esquina

de la ciencia de juntarnos

para celebrar las cosas

que el mundo nos ha regalado.

 

A la Feria, sin dudarlo

A dejar que suja el  cante

a ser paciente y esperarlo

que una voz ponga en el aire

el eco de un pueblo sabio

que siempre espantó miserias

cantando, siempre cantando.

Que suene el deje del Pali

"con esos mulos cargados"

que  no se calle el flamenco

que perviva ese  legado

hacedle sitio a los duendes

que del Castillo bajan cantando.

 

A la Feria, sin dudarlo

con orgullo de ser de Alcalá

y con su nombre en los labios

que seamos todos pregoneros

de la Feria y sus encantos

que quien nos pregunte escuche

que Alcalá es suelo sagrado.