El grupo más numeroso era el de los comerciantes del centro, alrededor de 150 personas que cortaron el tráfico mediante el procedimiento de circular de forma continua por los pasos de peatones del cruce entre las calles Agustín Alcalá y Herrero. La Policía desvió la circulación en la Plaza Cervantes y la rotonda del panadero y varios vehículos optaron por salir de las calles cortadas marcha atrás.

También se manifestaron unos 30 vecinos de la calle Silos contra la instalación de una antena wifi en el Centro Cívico de dicha vía.

Algo más de una docena de personas también colocaron en la puerta dos pancartas contra los recortes del gobierno y la reforma laboral. A preguntas de este medio dijeron no pertenecer a ningún colectivo y afirmaron que se manifestaban como ciudadanos a título personal. Sin embargo, la mayoría de los comerciantes  mostraron su convencimiento de que la presencia de estas personas era una maniobra orquesta desde el PSOE para contrarrestar su propuesta y mostraron su “indignación por ello”. En varios momentos se produjo una especie de guerra de pancartas. Los manifestantes anónimos las colocaban delante de los comerciantes y estos se colocaban delante de ellas a continuación.  

Por último varios ciudadanos reclamaban medidas contra la situación económica y la subida del IBI llevada a cabo por el Ayuntamiento alcalareño.

Las protestas que comenzaron en exterior se trasladaron al interior del Ayuntamiento donde se celebraba un Pleno. Poco después el alcalde mandó interrumpir la sesión y la Policía Local desalojo a los presentes. Siguieron con su protesta en el patio pero también la Policía les indicó que debían abandonar el edificio por ser un centro de trabajo. El Pleno se reanudó luego a puerta cerrada. Los comerciantes se marcharon anunciando que repetirán la protesta en la próxima sesión del Ayuntamiento.