El proceso de peatonalización del centro que se planteó desde la administración local como la salvación para el comercio de la zona, está teniendo el efecto contrario, según denuncian los comerciantes. La reducción de zonas de circulación y la nueva ordenación del tráfico del entorno, “convierte a este espacio en una isla a la que resulta imposible acceder” en palabra de la portavoz del colectivo. En vehículo privado llegar es complicado, ya que sólo existen dos accesos para toda la zona centro. Y una única calle permite llegar a La Plazuela. Aún más complejo es aparcar, puesto que la eliminación de aparcamientos pareja a la peatonalización no ha estado acompañada de un plan de creación de estacionamientos, como reclamaban los comerciantes.

En transporte público también resulta difícil. El intercambiador de autobuses de la Plazuela se ha eliminado, así como la parada de taxis. Y en el entorno del Mercado de Abastos no hay ninguna parada de autobús, según el Ayuntamiento porque el vehículo no cabe por las calles aledañas. Año y medio después de su apertura han cerrado la mitad de los puestos en el mercado. La carga y descarga se convierte en otro problema, ya que en La Plazuela no hay  ninguna zona habilitada para ello.

La consecuencia es según los comerciantes una caída considerable en el tránsito de peatones en la zona, que estiman en un 30 por ciento. No se trata sólo del descenso de las ventas, sino de que, como afirman, se ha reducido el volumen de gente que pasa por la zona. A todo ello se suma la situación de crisis generalizada para situar el comercio tradicional del municipio “en una situación crítica”, afirma uno de los comerciantes.

Ahora temen que una nueva medida municipal aumente la disminución de personas que pasa por sus establecimientos. Se trata de la implantación de la zona azul. Entre las opciones que estudia el Ayuntamiento está convertir en aparcamientos de pago todos los estacionamientos desde la Casa de la Cultural, en la calle General Prim, hasta la Plaza del Perejil. Incluidas las bolsas de aparcamiento de la nueva biblioteca, la Plaza del Duque, San Francisco o el Callejón del Huerto. Los comerciantes consideran esto excesivo y consideran que la medida debería limitarse a algunas calles como Nuestra Señora del Águila, Mairena o San Sebastián y que la fórmula debería decidirse de forma consensuada.

Entre sus propuestas figuran también abrir la mitad de la calle Mairena que no es peatonal al paso de vehículos, al menos en horario comercial, reordenar el tráfico para que el centro sea más fácilmente accesible o devolver las paradas de taxis y bus a La Plazuela.  Afirman que se tratan de medidas que no tienen costo, “se trata sólo de voluntad política para hacerlas”.

Esta mañana muchos comercios tenían cerradas sus puertas y se manifestaron frente al Ayuntamiento y en su interior después. Cortaron el tráfico mediante la fórmula de andar en círculo por los pasos de peatones de las calles próximas y posteriormente entraron al Ayuntamiento donde se celebraba un Pleno. Tras unos diez minutos en el interior del salón de plenos, el alcalde ordenó suspender la sesión durante quince minutos y la Policía Local desalojó a los comerciantes y a todos los presentes en la estancia, donde también se manifestaba otro colectivo contra la instalación de una antena wifi en la calle Silos. El Pleno siguió luego a puerta cerrada.