Luna Rubio, forma parte de de la generación de pintores que sucedieron a la escuela sevillana, que a principios de ese mismo siglo y finales del anterior, con Sánchez Perrier a la cabeza, hicieron de los paisajes alcalareños su principal motivo de inspiración. La obra de Luna Rubio se enmarca en los esquemas más naturalistas, con una asimilación progresiva de las características luministas básicas de la pintura al aire libre.

Las piezas donadas están realizadas principalmente al óleo, sobre cartón, madera o lienzo, aunque también se incluyen algunos dibujos o estudios previos ejecutados al carbón o gouache.  Predominan los paisajes, especialmente de las riberas y molinos del Guadaíra, aunque también se tratan obras temáticas.

Están fechadas en periodos diferentes, lo que, junto al hecho de que aparezcan obras finalizadas junto con estudios previos o preparatorios, permiten realizar un importante estudio de la evolución artística y los métodos de trabajo del pintor. Algunas de las obras se corresponden con un momento de notable madurez y muestran un importante dominio de la obra, sobre todo cuando se trata de paisajes; aunque otros casos no alcanzan tal calidad, sí mantienen un notable interés documental, al ser testimonio de un momento histórico concreto, como es el caso del cuadro en que se muestra la salida en procesión de la Virgen del Águila coincidiendo en fecha con la celebración de la feria en el castillo medieval de nuestra ciudad.

Las obras de Manuel Luna se podrán ver en el Museo de la ciudad en una exposición del 14 de noviembre al 1 de diciembre.