Según la administración local esta medida responde al propio "reglamento plenario", ya que miembros de los colectivos que protestaban en el salón plenario no permitían la intervención de los portavoces.

En el interior de la sala donde tienen lugar los plenos municipales había unas 150 personas, entre ellas vecinos de la calle Silos que protestaban por la instalación de una antena wifi y comerciantes del centro que reclamaban mejoras en los accesos y la movilidad del entorno.

Miembros de ambos colectivos realizaron en diversos momentos comentarios de desaprobación al debate que tenía lugar entre las formaciones políticas. En particular cuando el portavoz de IU leyó una moción en la que pedía sanciones para Bankia. Desde las filas del público se reclamó entonces a los políticos atención a los problemas locales. El alcalde realizó varios llamamientos al orden y al silencio en la sala y posteriormente ordenó la suspensión de la sesión que siguió poco después a puerta cerrada.