El hotel está gravado con una hipoteca de 54 millones de euros que pesa sobre la empresa Horus Magnum, propiedad de José Antonio Sáenz, que es a su vez propietario también de Sansan Hoteles, según informa ABC.

Ahora el juez deberá aprobar o modificar el plan de liquidación que ha sido ratificado por el comité de empresa. El procedimiento podría estar resuelto antes de enero, según los trabajadores del hotel.

Todo parece indicar que si no hay nadie que tenga intención de mantener la explotación, los bienes saldrán a subasta y con el resultado de la misma se liquidarán los pagos pendientes con la masa de acreedores.

Según fuentes sindicales que cita Europa Press, a los trabajadores les han llegado informaciones extraoficiales de que podría haber algún inversor interesado en el  hotel, aunque los empleados muestran sus dudas sobre este particular.

A los trabajadores se les adeuda las indemnizaciones por despido y los salarios de tramitación, algo que está en el ámbito judicial.

El hotel concebido como una referencia del lujo internacional está cerrado desde 2013, cuando el grupo Hotusa dio por resuelto el contrato de arrendamiento que tenía con Sansan. El inmueble cuenta con  133 habitaciones, cuatro piscinas cubiertas, un circuito de aguas termales, un helipuerto, un lago artificial de más de 12.000 metros cuadrados, cerca de 100 plazas de aparcamiento, un restaurante y un centro ecuestre