Pepe Ordóñez. Lo conocerán por su estampa clásica, a lomos de un vespino de aquí para allá con el transportín de la moto llena de revistas y papeles, aunque ya haya cambiado las dos por las cuatro ruedas. El editor de la revista Escaparate y el confeccionador de muchos de los últimos libros editados en la ciudad.

Un héroe moderno de Alcalá. Literal, porque lo que ha hecho es una acción extraordinaria en esta ciudad. Tanto que nadie la ha repetido. Verán. Pepe Ordóñez edita una revista en la que habla de Alcalá, de su historia y de su identidad,  en una ciudad que tiene como seña de identidad su propio desapego. Una publicación cultural, en un lugar donde este suele ser tema menor en materia de interés ciudadano. Lo ha hecho durante 22 años seguidos, en esta tierra de las flores de un día en materia de publicaciones e iniciativas culturales. Y más difícil todavía, doble mortal con tirabuzón: sostenida con publicidad.

Pepe Ordóñez, con una sencillez innata… Lo diré más claro, sin tonterías, ha dado forma a una revista de mucho nivel, que es básica para entender la historia de Alcalá. La del pasado por las aportaciones realizadas en los artículos que aloja y la actual por ser fiel a su nombre en la disposición de los temas. Es el Escaparate de Alcalá y también el archivo de su memoria. Una publicación rigurosa e interesante. Refinada y culta. Con el buen gusto por ejemplo de dar a conocer la obra de los pintores que han retratado a la ciudad y con vocación de agradecimiento para los alcalareños que destacan en cualquier materia.

Él lo hace todo. Escaparate es su obra de principio a fin. Idea contenidos, compromete a los autores, busca los artículos y las fotos, los confecciona, encuentra la publicidad, lo diseña todo, mima el resultado en la imprenta.  La revista es su creación, su orgullo, cuidada en todos los detalles. Y sobre todo hecha con pasión. No he visto a nadie con tanto interés por dar un dato exacto, ni con tanta ilusión por haber publicado un tema inédito. Pepe es así, vital, optimista, agradecido y servicial. Su carácter está en su obra.

En Escaparate publiqué algunos de mis primeros artículos. Pepe Ordóñez confió en mí y me abrió las puertas de su revista, que es abrirte las de su casa. Allí desparramé mis primeras frases que fueron bendecidas con el lujo de la tinta y el pedestal del papel. Se lo agradeceré siempre. Lo sigo haciendo porque luzco con orgullo en mi currículo la vitola de “articulista de Escaparate” y en ella me deja Pepe seguir trenzando las frases que la actualidad y la prisa no me permiten escribir en el día a día.

Un grupo de amigos nos reunimos hace poco para hacerle un reconocimiento. No fue más que aplicar su ejemplo, el agradecimiento con el que él recibe cada aportación a su querida revista. Un momento para el abrazo, la amistad y el empujón para superar un arrechucho de salud.  Fue también el recordatorio de que tipos como él, un héroe de la cultura, son necesarios, imprescindibles en esta Alcalá. Un acto que tuvo un final glorioso. Pepe anunció nuevos proyectos para septiembre y lanzó su grito de guerra “ya os llamaré”. Deseando que suene el móvil, querido Pepe.