Opinión - 03/09/2012
"Papá, quiero ser carpintera". Antonio García Calderón
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Finales  de junio del año 2032. Mi  hija acaba de llegar a casa en su bicicleta eléctrica desde el apeadero del tranvía en Montecarmelo. Como cada miércoles, asiste a las prácticas de taller en la antigua Universidad Pablo de Olavide que de nuevo se llama Universidad Laboral. Estudia segundo curso del Grado de Diseño y Fabricación Digital en la plataforma on-line del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) donde está matriculada en las asignaturas obligatorias, ya que las optativas puede cursarlas en cualquier otro centro de la red universitaria global.

Afortunadamente “La Laboral”, como popularmente se la conoce, supo reciclarse a tiempo y ha sobrevivido a la desaparición de muchos centros que dejaron de ser atractivos al entrar en competencia con las principales universidades del mundo desde que se popularizó el sistema de formación a distancia. Hoy es un centro concertado como taller de prácticas del MIT y otros Institutos Tecnológicos de referencia internacional, equipado con uno de los laboratorios de fabricación digital más avanzados de España.

-          Hola papá. Vaya calor. El aire acondicionado del tranvía no funcionaba y como siempre iba hasta arriba. No sé cuando piensan ampliar el número de vagones, es una tortura.

-          No te quejes tanto, ya sabes que solo se satura un poco en hora punta. Es verdad que se debería aumentar la frecuencia de paso en esos momentos. ¡Anda que si tuvieras que ir todos los días como yo iba, en un autobús que hacia mil paraditas! ¿Qué tal las prácticas?

-          Bien, ya tengo el prototipo de la lámpara casi terminado. Solo me faltan unos retoques. Lo que se me está atragantando un poco es la electrónica para el control de los LEDs, pero un compañero me va echar una mano.

-          ¿Qué donde un compañero te va echar una mano?, niña  no me mires con esa cara que es broma. ¿Has pensado ya que especialidad vas a elegir para el curso que viene?

-          Aún no es seguro, pero creo que voy optar por la de mobiliario en madera. Es lo que más me gusta y además es lo que mejor se me da.

-          Pues sí. Quién lo hubiera imaginado hace veinte años. Al final vas a ser carpintera, como tu abuelo.

Antonio Caraballo, el abuelo de mi hija, pertenece a la penúltima generación de carpinteros artesanos. Empezó de aprendiz en el taller de los hermanos Mellado, como siempre se había aprendido el oficio desde los tiempos de San José, el más ilustre de todos. La penúltima digo, porque él también fue maestro de un numeroso grupo de profesionales de los cuales sólo una minoría han recogido el testigo y sobreviven como pueden defendiendo con dignidad el trabajo artesano en sus talleres cada vez más escasos de encargos. El resto se adaptaron a los tiempos trabajando en las nuevas industrias relacionadas con la madera que fueron instalándose en Alcalá.

No es mi intención crear un nuevo tópico  “Alcalá de los carpinteros”, pero muchas de estas industrias fueron fundadas casi de la nada por artesanos locales que iniciaron una revolución industrial  en pleno desarrollismo donde todo estaba por hacer y lo que más había era necesidad de cosas. El caso más notable fue el de los hermanos Sola, hijos de carpintero, con la tristemente desmantelada MUEBLES MASS  de Manuel Sola, y  METASOLA de Gonzalo Sola, que continúa capeando el temporal inmersa en un ERE que se está alargando más de lo deseable. Aunque  a  otra escala, entre los pioneros también destacó el salto que dio a un taller de mayor envergadura Manuel  Rodríguez Dorado, RODRADO, cuyas instalaciones próximas a la piscina San Juan cesaron su actividad a la par que su impulsor.

MUEBLES MASS, y posteriormente su continuación bajo la denominación NEWKIT, fueron el buque insignia del sector no sólo a nivel local, también  regional, con un mercado internacional en el que llegó a ser proveedor de IKEA con un kit para montar de mueble escobero de cocina. Pero eran otros tiempos. Éramos competitivos.  MASS también fue escuela y cantera de muchos industriales del mundo de la madera. No todos corrieron la misma suerte en sus emprendimientos, pero podemos citar entre otros a Cocina 3, Bricomanía, Kúbico, Difasa, Lencevi, BricoKit, Bricotablero, Cocinas Pastor, Muebles Ramos, Sola Carpinteros, Grualco, Cocinas Fortu, Aenco, Artedeco, Hogar Sánchez, etc.

¿Y hoy qué queda? Casi nada. ¿Y donde se ha metido? Se lo está tragando un gigante sueco que nos vende la ilusión de ser republicanos e independientes en nuestra propia casa. Es lo que tiene la aldea global.  Diseño nórdico, fabricado en Asia y consumido en cualquier lugar del mundo mientras podamos seguir llenando de petróleo los tanques de los barcos que mueven la mercancía.

Pero no  quisiera acabar con una imagen derrotista. Una nueva corriente de pensamiento dentro de lo que se conoce como “La Tercera Revolución Industrial” ha abierto una ventana  al optimismo. Se trata de la fabricación digital y el desarrollo de maquinaria de fabricación avanzada que permite que cualquier objeto pueda ser producido en cualquier lugar del mundo por cualquier persona, a partir de conocimiento compartido. Pero esa historia la dejamos para dentro de veinte años. No me quiero hacer pesado.

twitter: @AGarciaCalderon

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