Opinión - 12/08/2013
"EmPlazaDos". Antonio García Calderón
Autor:

22 de abril de 2015

 

 

Ayer cumplí cuarenta años y creo que tendré resaca hasta la noche. Mi cuerpo se ha cabreado conmigo porque no lleva bien lo de trasnochar y, como castigo, le gusta cobrarse con recargo la factura de alguna copa de vino de más.  Pero por lo que pasó anoche, creo que va a merecer la pena pagar este molesto peaje.

Un grupo de amigos y familiares me sorprendieron de una forma muy original. Pensé que por ser martes el día de mi cumpleaños iba a pasar sin pena ni gloria, que ya habría tiempo de celebrarlo durante el fin de semana. Pero una llamada a última hora de la tarde, cuando estaba a punto de dejar las obligaciones profesionales, puso en marcha el plan establecido. Era de un amigo que es placero en el mercado. Me pedía alarmado que por favor fuera a ver unas inquietantes grietas que habían aparecido en  el suelo de su puesto.  Traté de calmarlo diciéndole que  no sería nada importante, que se le habría caído algo de peso sobre la solería. Pero me interrumpió asegurándome que veía la luz de la planta inferior a través de las grietas. Entonces yo también me preocupé. Le dije que se alejara de la zona y que iba para allá inmediatamente.

En un suspiro llegué a La Plaza. Estaba esperándome en la puerta lateral que da a la calle Jardinillo. Me llamó la atención que no llevaba puesta la ropa de faena, e incluso iba vestido más presentable de lo que suele ser habitual en él. Algo empezó a no cuadrarme, tampoco lo veía tan nervioso como cuando hablamos por teléfono. Tras los protocolarios saludos, pasamos al patio que da acceso al mercado por esta entrada. Su puesto está en la planta de arriba, donde en un principio estaba el pescado. Cuando llegamos a la puerta del edificio él pasó primero, pidiéndome disculpas por no cederme el paso, excusándose con que tenía que encender las luces. Franqueé el umbral tras él aún con las luces apagadas. Mientras trataba de adaptar mis pupilas a la oscuridad del interior, me dio un vuelco el corazón al encontrarme de forma inesperada con un tumulto de gente que al unísono gritaba: “¡FELICIDAAAAADES!”.  Cuando recobré el pulso, pude ver que en la calle de la nave principal, de pie alrededor de una larga mesa, se apiñaba un nutrido número de familiares y amigos. Esperaban mi llegada formando un improvisado banquete. Una tenue luz creaba una agradable atmósfera de complicidad. Salía de dos de los puestos aún abiertos: el sushi bar Hakude y la enoteca  Vinanda, especializada en vinos andaluces.

Conocía que desde que La Plaza replanteó su modelo de gestión, novedosas actividades se han ido incorporando al mercado y lo han salvado de un cierre inminente; pero lo que no sabía es que fuera posible también organizar eventos fuera de su horario comercial. Una vez que su actividad principal dejó de ser el abasto, ya que difícilmente podía entrar en competencia directa con los supermercados (los verdaderos mercados de abasto), La Plaza se sumó a la tendencia que actualmente un buen número de ellos está planteando con diferentes fórmulas de regeneración, que van desde instalar otros comercios que complementen su propia oferta, hasta la transformación en espacios comerciales orientados al ocio, los denominados mercados gourmet. A esta última corriente se sumó La Plaza, combinando la presencia de los tradicionales placeros con otras singulares iniciativas  que conviven en perfecta armonía y se complementan generando un flujo de visitas que le ha devuelto la vida y es de nuevo un punto de atracción tanto para la compra de productos de calidad a buen precio, como para encontrarse y compartir un rato con los amigos degustando exquisitas especialidades. También han encontrado su hueco algunos productores llamados de proximidad, nuevos emprendedores que han apostado por la agricultura y la ganadería ecológica, con una saludable oferta de productos que van directamente de las huertas y campos de nuestro entorno más próximo a los puestos del mercado.

Bueno, parece que se me está pasando el dolor de cabeza. Las viandas de calidad y  los buenos vinos de la tierra no pueden dar resaca. Me temo que habrá sido por culpa de las cansinas soflamas y sintonías de himnos de los partidos que llevo soportando toda la mañana en la megafonía de las caravanas electorales. Y eso que estamos en precampaña, no se lo que van a dejar para el mes que viene. Se nota que esta vez la victoria esta reñida y no hay un vencedor claro. Y es que, como anunció hace tiempo, el alcalde no repite candidatura. Como sabemos, se hizo susanista y tuvo una salida airosa en las formas, no sabemos en el fondo, con la nueva reestructuración de la agrupación local, que ha optado por presentar unx nuevx candidatx de consenso, aunque esto no ha supuesto el cambio generacional que muchos esperaban.  Por otro lado, a la oposición le está pasando factura la estrategia del “todos contra uno” desde que el partido del gobierno perdió la mayoría; hay que reconocer que algunas de sus mociones que prosperaron eran de sentido común, pero no se puede pretender gobernar desde la bancada de la oposición sin un plan establecido, tratando que los del banco de enfrente hagan suyas tus propuestas, y cuando lo hacen, terminar enfrascándose en un fuego cruzado de notas de prensa intentando demostrar que “a mí se me ocurrió primero”.  Sin embargo, lo que si está generando entusiasmo, aprovechando el descrédito general de la clase política, es una nueva agrupación de ciudadanos independientes formada por una heterogénea mezcla de perfiles muy diversos cuya aspiración y objetivo común, al menos así lo cuentan ellos, es ser una alternativa al modo de hacer de los partidos tradicionales.

¿Y esto último a que viene? ¿No estaba hablando de La Plaza? Disculpen el despiste, parece que hoy no es mi día. Afortunadamente ya no me duele la cabeza, escribir este artículo me ha despejado las neuronas. Ahora toca corregirlo y mandarlo por correo, que como casi siempre me ha pillado el toro y he apurado el plazo de entrega hasta el final. ¿O lo estoy entregando demasiado pronto? ¿Pero qué día es hoy?

¡Maldita resaca!

@AGarciaCalderon

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